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1 de mayo, hablemos del Capital.

  • colectiva3
  • 29 abr
  • 4 Min. de lectura

Escrito por Gabriel Corbo.


En unos días el calendario indica que es 1 de mayo, día internacional de los trabajadores. En buena parte del mundo, el movimiento obrero realiza jornadas para celebrar sus conquistas de derechos laborales y realizar nuevas reivindicaciones, tanto laborales como sociales. 

Que el mundo del trabajo está en constante cambio, no es una novedad. Que vamos hacia nuevas formas de organizaciones laborales y por ende de nuevas reivindicaciones, tampoco.  

Independientemente de conquistas, de nuevas reivindicaciones o de procesos de cambios, Uruguay parece estar estancado en un problema estructural, para el cual no hemos logrado encontrar buenas soluciones: el desempleo juvenil.  

Nuestro país, tiene pocos jóvenes, pero a pesar de esto, es el grupo etario que posee peores condiciones de vida en comparación con los adultos. Presentan mayores problemas en cuanto a necesidades básicas insatisfechas y es la población con mayores problemas de acceso al empleo. En el primer trimestre del 2025, la tasa de desempleo juvenil fue de 25.4% (jóvenes de 14 a 24 años), mientras que la cifra nacional de desempleo fue de 7.9%.  

Este comportamiento en la tasa de desempleo, es prácticamente constante en la economía uruguaya, la tasa de desempleo juvenil suele ubicarse, en promedio, casi 20 puntos por encima de la nacional.  

Es cierto que, en la mayoría de las economías del mundo, los jóvenes presentan mayores dificultades de acceso al mundo del trabajo que las personas adultas. Sin embargo, lo extremadamente preocupante es que, si se compara Uruguay con los países de la OCDE¹, este presenta brechas comparativas muy altas, ubicándose dentro de los primeros lugares de los países con mayores tasas de desempleo juvenil.  

Esta dificultad que parece ser estructural del Uruguay, tiene impactos negativos en varias direcciones. Contar con una adecuada primera experiencia laboral, impacta en la trayectoria futura de los jóvenes trabajadores, como, por ejemplo, en la estabilidad del empleo, la formalización, la movilidad social y el nivel salarial. 

La inserción laboral juvenil tiene impactos relevantes en la pobreza infantil. Últimamente, como sociedad, venimos tomando conciencia de la importancia sobre el cuidado de la infancia, recordemos que uno de cada cinco niños en Uruguay, es pobre. Los niños nacen y crecen en la pobreza porque sus adultos referentes son pobres, y es relevante tomar conciencia que buena parte de los jefes y las jefas de hogar con hijos a cargo en situación de pobreza son menores de 25 años. 

Por otra parte, Uruguay es el país de la región, con menor porcentaje de finalización de educación secundaria para personas entre 20 y 24 años. En un mundo del trabajo, en donde el conocimiento actúa como valor diferencial de acceso, permanencia y competitividad, esta dificultad de culminación de ciclos educativos, agrava el desempleo juvenil.  

Probablemente esto alimenta un problema de carácter estructural. El bajo nivel de capital humano hace que el acceso al mercado de trabajo formal y estable sea extremadamente difícil.  

De acuerdo con la ENAJ² la mayoría de los jóvenes acceden a sus primeros empleos sin haber culminado sus ciclos educativos. A la vez, el principal medio para obtener el primer trabajo para los jóvenes, es a través de conocidos, amigos y familiares o, lo que es lo mismo, a través del capital social, suyo o de su familia. 

Si bien no son demasiadas las diferencias, existen variantes de este comportamiento según niveles de ingresos. Los quintiles de ingresos más bajos son los que mayor uso del capital social utilizan para acceder a su primer empleo (4 de cada 5 jóvenes), mientras que en los quintiles más altos son menos de 3 de cada 5 jóvenes. Probablemente porque estos últimos acceden a mejores fuentes de información o cuentan con habilidades para acceder a concursos o llamados. 

Si el uso de capital social es mayor en los jóvenes de menores ingresos, y estos a su vez, provienen de hogares que cuentan con menores redes de capital social, es claro que la mayoría de las primeras experiencias laborales de estos jóvenes, son de empleos de baja calidad.  

¿Pero hemos sido omisos frente a este problema?  No, pero todo indica que hemos sido ineficientes.  Los uruguayos somos ineficientes en dotar a los jóvenes de suficiente y adecuado capital humano y de capital social. 

Hemos creado diversas políticas de mercado laboral dirigidas a jóvenes.  

Han existidos diversos programas de formación para el mundo del trabajo y otros de apoyo como por ejemplo el Programa “Yo estudio y trabajo”. En todos los casos, han dado indicios de buenos resultados, pero con alcances limitados y reducidas evaluaciones.  

 

También han existido leyes específicas, que también han tendido impactos muy limitados. La Ley de Empleo Juvenil de 1997, que estableció diversas modalidades contractuales e incentivos fiscales. Esta tuvo impacto limitado y fue criticada por considerarse que creaba incentivos a la precarización del empleo juvenil.  

En el año 2013, se crea una Ley de Empleo Juvenil, con cinco componentes para su implementación. Esta también tuvo poco impacto.  En el 2021 se derogó la Ley del 2013 y se creó la Ley de Políticas Activas de Empleo, dirigida a jóvenes y otros grupos (personas con discapacidad y mayores de 45 años). Esta unificó criterios y modalidades contractuales. Al parecer, los resultados hasta el momento, también son muy limitados. 

En resumen, tenemos un problema estructural, generador de inequidad social y de baja productividad. Los distintos gobiernos han probado diversas herramientas. Todas con buenas intenciones, pero con escasas o nulas evaluaciones y en los casos en donde las hay, se observan bajos resultados e impactos. 


¿Y si nos proponemos tejer para crear más y mejor capital humano y social? 

¿Pueden las empresas, los trabajadores, la política pública, las organizaciones de la sociedad civil organizada, ser generadores y potenciadores de capital humano y social?  

¿Pueden las empresas ser generadores de capital social? 


No solo estamos convenidos de que si, sino de que es imprescindible.  


Feliz día a todos y todas las trabajadore/as.

Generemos más y mejor empleo digno. 



¹ Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

² Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud. 

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